HISTORIA EN UN CAFÉ
20:54
Te encuentras sentado en tu cafetería favorita, bebiendo tu café favorito, y tienes un libro en las manos. Tienes toda la intención de leer ese libro.
Tu café en una mano y tu libro en la otra, está todo el ambiente preparado para empezar la lectura pero....... no logras concentrarte ya que, sólo puedes observar a la gente.
Miras a tu alrededor y de pronto algo capta tu atención un individuo que acomoda su cabello, los botones de las mangas de su camisa, sus zapatos de cuero bien lustrados, te preguntas si tal vez es profesional, y cuando te das cuenta él te esta mirando y sonríe como si fuera un gran amigo, se quedan mirando fijamente, tú volteas el rostro tratando de ignorar el hecho que lo has estado observado fijamente los últimos minutos.
Sientes que tu sangre empieza a circular rápidamente y mientras tus ojos están rodeando el lugar, tu mente gira y vuelves a hacer contacto visual pero esta vez con una muchacha que tiene un periódico del día en sus manos y una taza de café en su mesa, te das cuenta que eras el tema de conversación entre ella y su amiga que tiene en frente.
La miras y te preguntas que se imaginará ella de ti, a caso la cantidad de tareas pendientes que tienes que realizar? o los sentimientos que han surgido en ti hoy? pero entonces recuerdas que las percepciones no siempre son fieles a la realidad.
Tal vez el hombre que viste primero maneja una gran y próspera empresa o tal vez es un vendedor de ternos, tal vez esa mujer ha tenido un encuentro con una amiga que no ve desde hace mucho tiempo, o tal vez está cerrando un negocio importante.
Entonces te das cuenta que observar la interacción humana resulta extremadamente fascinante.Las diferentes personalidades, los diferentes estilos, las diferentes sonrisas, las diferentes expresiones de cada uno.
Recuerdas todas las veces que has emitido un juicio sobre una persona sin haberla conocido personalmente, o por lo que te dijeron de ella y llegas a la conclusión de que tienes un grave defecto, que cual enfermedad ataca a muchas personas. Pero posible de corregir.
Entonces entiendes que los humanos podemos ser tan falibles, tan injustos.
Te inclinas, abres tu cuaderno de apuntes y escribes: "El único que es exquisitamente perfecto, es Dios."
Recuerdas todas las veces que has emitido un juicio sobre una persona sin haberla conocido personalmente, o por lo que te dijeron de ella y llegas a la conclusión de que tienes un grave defecto, que cual enfermedad ataca a muchas personas. Pero posible de corregir.
Entonces entiendes que los humanos podemos ser tan falibles, tan injustos.
Te inclinas, abres tu cuaderno de apuntes y escribes: "El único que es exquisitamente perfecto, es Dios."
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